Mala mujer
La fiesta había terminado. Ella con los ojos abiertos,
moría lento. Y el último chasquido de látigo se escuchó esa noche. En el
escenario ya no sonaba melodía. Y el canto de la cigarra ahogaba el
ambiente.
Desnuda, sola en el salón, con la cabeza colgando, sentada
en un sillón a lo oscuro y las manos sobre sus piernas,
moría… lento.
Las luces comenzaron a apagarse una a una.
La telaraña en
la ventana quedó iluminada por la tenue luna que dormía en el cielo.
El lugar
olía a frutas frescas,
y el suelo manchado de sangre hacía contraste
con el
reloj que marcaba las 4:25 de la mañana.
Tres voces se iban. Con el viento, alguna verdad.
Y ella, sola, adentro,
desnuda…
moría lento.
wannas
13/09/07
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